A todos nos han cantado
en una noche de juerga
coplas que nos han matado…
Esta soleá de Cante Hondo de Manuel Machado no es la mejor en pura literatura (esa rima en participio con su pronunciación vacilante ¿cantao/matao?), pero pone el dedo en la llaga. Ahí se ve uno, distraído en una fiesta, hasta que una letra da en el blanco y te desolla la piel del alma. Quien lo probó lo sabe.
No pasa mucho, menos mal, pero a mí me ha pasado ahora y, por eso lo escribo. Estaba en la juerga silenciosa de la lectura disfrutando de Ideas ajenas de Simon Leys, todo culturalista, cuando Bloy me ha hecho boom:
No queda más que lo que se ha hecho o sufrido por Dios.
Ea.
